Piedra, papel y tijeras

Emilio Fuentes
07 JUN / 02 AGO 2022
10:00 - 00:00
Emilio Fuentes es un artista visual que estudió biología en su licenciatura, posteriormente tomó estudios libres en fotografía y realizó una maestría en teoría de la imagen. Narro este tránsito ya que es curioso y cuestiona el quehacer artístico: ¿qué de biólogo posee su mirada? ¿cuales son sus fijaciones visuales? ¿cómo nos trastoca su formación? Estas preguntas son las que rondan en su obra: rocas, hilos, fotografías, intervenciones y muchas expresiones distintas son las que cuestiona e invita al espectador a mirar como él mira: desde el lente de la ciencia el mundo visual que nos rodea.
En la exposición “Piedra, papel y tijeras” presenta una serie de rocas de distintos modos: fotografiadas, intervenidas y recortadas. Aunque la biología es una ciencia que se hace cargo de lo vivo, ¿por qué el artista habrá elegido las rocas como material fértil? La idea de la materia viva e inerte es un tema a discutir hasta el día de hoy. En las antiguas historias naturales se clasificaba a la tortuga como una roca móvil, cosa que hoy nos produce una sonrisa y nos lleva al mundo de fantasía de los dibujos animados donde materias inertes adquieren vida a través de la humanización y el movimiento: sillas que sonríen y danzan, tácitas que caminan como patos, lámparas que fisgonean; esto que remite a Disney puede vislumbrarse en el imaginario oriental, las religiones animistas tienen un respeto al material al poseer cada uno un espíritu. En Fuentes vemos algo parecido al ejemplo de la tortuga en el cómo las estructuras que no se mueven si se mueven, si poseen ánima.
Sus rocas son extraídas del cordón cordillerano del norte hasta el sur, la cordillera como frontera natural ha sido representada innumerables veces desde las representaciones prehispánicas hasta el arte contemporáneo. Un cúmulo que nos define y que nos hace estar sobre placas que soportan nuestros cuerpos y construcciones, pero también todo un sistema complejo que no detectamos directamente con nuestros sentidos y que en conclusión -yendo a principios del siglo XX- la tierra, como concepto general, no solo posee rotación y traslación, sino que en sí misma se mueve. Estamos todos sobre una roca tortuga, que en sus movimientos se va despedazando.
El artista recolecta esos pedazos y los transforma en obras. De la roca como material duro, y frágil al mismo tiempo, las convierte bajo tres técnicas que las catalogó, como buen biólogo de: Contraformas, Neotectónicas y Modelos sísmicos. La primera se basa en la búsqueda de rocas de la cordillera desde San Pedro hasta Puelo -sectores áridos de vegetación xerófita- y de la zona central, específicamente del Cajón del Maipo. En la exhibición, podemos ver en la primera parte Contraformas: dos fotografías de rocas intervenidas con hilos de coser. La primera a la izquerda de color tierra y poroso, muestra claras huellas de haberse desprendido. El artista trata de salvar la situación, pegando una serie de hilos de coser verdosos, generando el efecto de una roca cosida, hilo tras hilo forma una malla que representa la ausencia del pedazo, pero la presencia de un gesto que la reconstruye, a su derecha sucede lo mismo, pero esta roca esta conformada por dos materidalidades, abajo de color blanco mármol y arriba de un gris granito poseen la misma técnica anterior, pero el hilo es naranjo, rellenando dos áreas distintas, creando una suerte de triángulo isóceles. En la siguiente vista continua con la misma técnica, pero en rocas que están divididas, como si una suerte de gesto heróico las quisiera reunir: una piedra de amarillos, verdes y naranjos es soportada por una serie de hilos blancos; una roca, que parece extraída del mar, está arriba afirmando a la de abajo con la misma serie de hilos blancos, y por último una piedra que se asemeja a concha marina en su forma esta atravesada por hilos celestes y azules. Esta tensión, reunión y separación, conforman una paradoja que se vislumbra en el proceso natural de la historia de una roca.
A continuación apreciamos Neotectónica, una serie de cinco obras que se basan en la fotografía de rocas, el primer ejercicio fotografía de manera directa un área de rocas, para nuevamente registrarla. A través de cortes sobre la fotografía superpone una capa, repitiendo imágenes una sobre otras creando nuevos paisajes que parecen extraídos de lugares inexplorados, formaciones rocosas que generan el deseo de verlos como si fueran grutas de peregrinación.
Por último el artista presenta Modelos Sísmicos. Allí fotografía también un área rocosa que posteriormente imprime en papel fotográfico y lo transforma en 3d al construir con él, sobre una base de cartulina, figuras geométricas que guiñan al arte moderno. Un cuadrado, una pieza industrial y una serie de cubos, son repeticiones del cubismo que preparó Cezanne y que continuó Braque. Estos modelos hacen parecer que la tradición de la abstracción de la naturaleza puede haber sido más imitación de lugares que ya presentaban geometrías y que el ojo de los pintores, y en este caso de Fuentes, los recogieron en su modo natural.
La exhibición logra su objetivo de vincular un ojo científico con la tradición óptica, la historia del arte moderno con sus estilizaciones, geometrías y depuraciones, generando en el espectador una vista de elementos que están entre la materia viva e inerte, o como la roca es a la tortuga.

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